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Un mundo nuevo y cruel
Sygmunt Bauman es un sociólogo, filósofo y ensayista polaco que desarrolló el concepto de “modernidad líquida” y lo llevó al ámbito de las ciencias sociales. Según él, hay un temible divorcio entre poder y política.  Fue expulsado de Polonia por el antisemitismo en los años 50, lo que provocó que en los años 60 Bauman estuviese en Gran Bretaña. Actualmente es profesor de la ciudad de Leeds. Estudió las estratificaciones sociales y las relacionó con el desarrollo del movimiento obrero. Posteriormente examinó y criticó la modernidad, dando un análisis pesimista de la sociedad.
 

Las personas que tienen mucho dinero, hay ocasiones en la que no saben cómo gastarlo, y necesitan de la lectura de suplementos de periódicos (how to spend it…), para tener alguna idea de ver en dónde gastar su dinero. Podemos decir que todo el mundo tiene una opción e intentan ir a por otra mejor. Independientemente de su nivel económico, todas las personas aspiramos a superar lo que tenemos e ir a por algo mejor o más novedoso, esto quiere decir que somos unos inconformistas que no nos conformamos con lo que tenemos y que siempre vamos a intentar ir a por algo que supere lo que tenemos.
 

Opina que no existe una visión optimista ni pesimista sobre el mundo de hoy. El mundo se encuentra conectado de forma global, por lo que podemos decir que en un solo planeta conviven diversas culturas que a la vez de ser interdependientes están conectadas. Para que esta globalidad siga hacia delante, hay aprender a cooperar, a vivir en comunidad y a beneficiarnos gracias a nuestras diferencias.
 

La sociedad en la que vivimos está constituida por dos clases a un lado, es decir,

encontramos una gran diferencia entre los pobre, situados a un lado del mundo, y su antónimo los ricos que forman la otra mitad de la sociedad. ¿Esto quiere decir que no hay un término medio y que estas dos posturas opuestas y radicales son las únicas? Es difícil delimitar quienes quedan en el medio, ya que la tendencia es dividirse y formar una “comunidad cerrada” en la que se identifican un grupo de personas.
 

Cada época que forma nuestra historia es distinta, ya que cada una tenía unas necesidades distintas para conseguir un futuro mejor. El filósofo británico John Gray destacó que “los gobiernos de los estados no saben de antemano cómo van a reaccionar los mercados (…) Los gobiernos nacionales en la década de 1990 vuelan a ciegas. Este panorama de incertidumbre va a provocar unos ciertos temores en la sociedad por los que las personas van a buscar su seguridad. Nuestros antepasados lucharon por conseguir libertad en sus vidas y nosotros somos capaces de vender esta libertad para conseguir estabilidad y poder conseguir dinero. Eso se está produciendo actualmente con la crisis económica que existe en nuestro país. Las personas dejan a un lado sus derechos por poder conservar sus trabajos.
 

 

Modernidad líquida Entrevista con Sygmunt Bauman

Antonio Gramsci escribió que “La crisis consiste precisamente en el hecho de que lo viejo está muriendo y lo nuevo no puede nacer: en este interregno aparece una gran variedad de síntomas mórbidos.” Este postulado promueve un cambio que no puede realizarse dado que lo viejo ya no tiene una base sólida sobre lo que pueda fundamentarse las nuevas ideas, dificultando el desarrollo de lo novedoso. Esto está basado en la unión indisoluble de poder y política, que son los dos pilares que mueven nuestra sociedad.

 

La “modernidad líquida” es entendida como un tiempo donde las relaciones sociales, económicas, circulan como un fluido que no puede conservar la forma adquirida en cada momento. Esto no sabemos si tiene un fin, ya que es difícil predecir el futuro. Nada puede realizarse  con plena seguridad y certeza de éxito.
La crisis global que se está padeciendo puede modificar el mundo que conocemos. Estamos ante una crisis económica en la que se realiza un esfuerzo por refinanciar a quienes prestan dinero y por hacer que sus deudores vuelvan a ser confiables para el crédito.  Se está dando la imagen de que los que están sufriendo las consecuencias de esta crisis son los bancos y las empresas, olvidándose de los demás individuos. Esto ha sido provocado por la forma de vida que hemos adquirido al poner nuestra vida al servicio del consumo.

En mi opinión, vivimos en una sociedad basada en el consumismo y en la envidia. Siempre se ha intentado superar a las personas que tenemos al lado, es decir, si nuestro vecino tenía un coche, nosotros teníamos que tener uno mejor que él. Esto nos ha provocado que ante la crisis económica actual no podamos adquirir todos esos lujos que se han hecho imprescindibles en nuestra vida. Mucha gente está perdiendo todos esos lujos e incluso sus hogares por haber vivido por encima de sus posibilidades. Estamos de acuerdo que esta es una crisis económica y en la que los principales organizadores son las altas esferas de la política y la economía.

 

Todo lo que ocurre en nuestra sociedad tiene su base en el poder. El poder controla el mundo y es el que lo dirige como si fuese una marioneta. Desde hace tiempo se estaba comprobando cómo la “burguesía” iba perdiendo poder y el pueblo lo iba aumentando. Eso no le convenía, por lo que no hay mejor forma de solucionarlo que con una crisis en la que se va a volver a dividir nuestra sociedad en dos clases: los ricos y los pobres. Esto va a provocar la eliminación de la clase media, que era la que estaba cogiendo poder e iba en aumento.

Creo que las crisis no ocurren así porque así. Nuestras sociedades no son sólidas, sino que tienden a avanzar hacia el futuro. Es una sociedad que fluye hacia lo nuevo, formando la modernidad líquida, pero a veces este avance se produce de forma masiva y descontrolada, provocando el descontento del poder y que éste sea el que congele el dinero para volver a controlarlo todo. Muchas personas tienen el pensamiento de que el dinero es todo en la vida, pero el dinero no trae la felicidad. Hay veces que las personas que menos tienen son las que más felices viven, ya que no se tienen que preocupar por conservar lo que tienen ni preocuparse por querer más. Tener dinero es, a veces, sinónimo de trabajar mucho y en ocasiones no conviene vivir bajo tanta presión que lo único que provoca es que pasemos más horas trabajando por conseguir un dinero que no vamos a poder utilizar.

Si desea informarse más sobre este tema, aquí le dejo la reseña bibliográfica donde usted podrá leer el artículo original:
http://www.revistaenie.clarin.com/notas/2009/07/18/_-01960446.htm

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